Sobre la reaparición de Oiga

Señores directores:

Vuelvo a sentirme obligado a expresar mi estupor por el nuevo mundo de que en estos días electorales reaparecerá Oiga, el semanario que fundé hace más de medio siglo y por cuya línea de conducta sufrí cárceles y destierros en diversas dictaduras; y al que, hace ya algún tiempo, me vi forzado a cerrar para evitar ir preso por delincuente tributario.

Mi estupor se debe a que es fácil sospechar la intención de esta reaparición de Oiga. Es extraño, por decir lo menos, que la revista vuelva, para “difundir información veraz e independiente”, cinco años después de su cierre y del traspaso que hice del logotipo de Oiga a una persona interesada, según me dijo, en dirigir una publicación de frivolidades del mundo social y del espectáculo.

El hecho, por lo tanto, me obliga a exponer nuevamente las razones por las que hice mutis de la escena periodística peruana.

Clausuré Oiga porque en el Perú de hoy, si no se cuenta con abundante avisaje comercial —cada días más escaso salvo el del Estado—, es imposible, matemáticamente im­posible, sostener un medio de expre­sión veraz e independiente. Gradas al régimen fujimorista pesan sobre la prensa peruana tan fuertes cargas tri­butarias —únicas en el mundo, pues no existen en país alguno impuestos a las ventas e importaciones para los medios de comunicación o son solo simbólicos al lado del caso perua­no—; pesan en la actualidad —repito— sobre la prensa peruana por fuertes cargas tributarias que la hacen prisionera de la Sunat, entidad que, a sabiendas o no, queriéndolo o sin querer, actúa como agente de extorsión gubernamental. De este modo es que los medios de expresión peruanos, salvo honrosas excepciones (entre las que cabe destacar el nombre de Gustavo Mohme), han quedado prisioneros del Gobierno.

Y no se los liberará por medio acuerdos de equidad ni disposiciones legales, todos ellos instrumentos que pueden ser utilizados para liquidar la libertad de prensa, tía como lo hizo el régimen militar en 1974. Para que los medios de información se comporten periodísticamente hay que liberarlos del chantaje tributario al que están sometidos. Así, sacándolos del cautiverio y no por reglamentaciones que, siempre, serán espada de Damocles sobre la libertad de prensa, es como se logrará que la prensa hablada y escrita sea libre.

Vuelvo a tener que aclarar que hace cinco años traspasé el logotipo de Oiga y que nada sé de los vaivenes de esa lejana transacción y nada, absolutamente nada, me liga a la publicación que con el nombre de Oiga comenzará a circular en estos días electorales en los que sobra decir cuál será mi voto.

FRANCISCO IGARTUA, El Comercio, 24 de abril de 2000

oiga

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martes, 31 de diciembre de 2013

05/05/2000

AQUÍ ESTAMOS (Y NO MORDEMOS)

El retorno de Oiga provocó nerviosismo y especulación en ciertos sectores. "Esperemos a ver el primer número" fue la cautelosa respuesta de algunos ante nuestros requerimientos periodísticos y publicitarios.

Una actitud quizá comprensible si se tiene en cuenta que en el país se respira una enrarecida atmósfera política, en buena parte a causa de una prensa partisana y panfletaria que subestima al lector. Las suspicacias han sido infundadas, como puede comprobarse de la lectura del contenido de este primer número de la sexta etapa de Oiga. De todas maneras, agradecemos a todos aquellos que nos convirtieron en blanco de sus sospechas, ya que al menos nos hicieron publicidad (aunque mala) gratuita.

Ironías aparte, y aunque no es saludable dar explicaciones no pedidas, que usualmente suelen ser signo inequívoco de conciencia culpable, dejamos constancia de que en lo periodístico, el equipo de esta revista está formado en gran parte por la misma gente que hizo Oiga en la década anterior a su salida de circulación, en 1995.

Queremos señalar, asimismo, en deferencia a don Francisco Igartua, director de Oiga durante sus primeras cinco etapas, y en días recientes muy preocupado en difundir un comunicado al respecto, que él ya no tiene ningún vínculo con este semanario, cuyo logotipo vendió años atrás. En otras palabras, el accionariado y la administración es nueva y distinta a la que existía hasta 1995.

Aquí terminan las explicaciones no pedidas sobre un tema en nuestra opinión accesorio aunque quizá inevitable en esta Lima tan dada a los chismes y las bolas.

Ahora, yendo a lo importante, unas palabras, ojalá no muy pomposas, sobre nuestra filosofía periodística, en beneficio de los lectores a nivel nacional y de aquellos que desde el extranjero nos pueden seguir por internet (oigaperu.com). Aspiramos a un periodismo veraz e independiente. Eso significa que trataremos a nuestros lectores con respeto, sin llevarlos de las narices. Para que así encuentren en Oiga, todos los viernes, un espacio sin bilis ni epítetos, que los mantenga informados sin necesidad de leer entrelíneas.

Para hacer corta la historia. Si ocurre que el Sol sale alguna vez de noche y la Luna de día, pues informaremos al respecto y esperamos que nadie se ofenda, porque el mensajero no es responsable del mensaje.

Por último, unas palabras al pasar sobre el tema muy de moda de la vida personal de los candidatos. Preferimos en este campo el periodismo francés al estadounidense. Mitterrand fue enterrado en presencia de su esposa, su amante y sus hijos, legítimos y (horrible palabra) ilegítimos, y los diarios galos lo tomaron con naturalidad. Lo importante es si un candidato tiene o no buenos planes, sobre todo económicos, para gobernar. No si encerró alguna vez a su esposa en Palacio o si estuvo de parranda filmada. Después de todo, Stalin fue un padre devoto y Hitler era abstemio y monógamo.

………………………………………………………………………………………………

EL DINOSAURIO Y LA LAGARTIJA

Dios ciega a quienes quiere perder. Se ponen en evidencia ante los peruanos en todos los puestos de periódicos a 24 días de las elecciones. Un diario atribuye la preferencia del público al candidato Alejandro Toledo (45% contra 42% para su rival Alberto Fujimori); otro el mismo día casi exactamente las mismas cifras pero con tendencia contraria, 45% para Fujimori y 43% para Toledo. Los periódicos aludidos, Liberación y El Comercio, -aunque compararlos es tan temerario como comparar a un dinosaurio con un camaleón-, ambos son de reconocida tendencia no propiamente toledista sino antifujimorista. La República, el único diario del mundo que tiene a un difunto en la dirección, va más lejos: 51,4 por ciento para Toledo y 48,6 por ciento para Fujimori. Cualquiera de los aspirantes que hubieran pasado a segunda vuelta con Fujimori habría sido apoyado por esos diarios. Es que en el Perú se ha perdido la ecuanimidad: con el chino o contra el chino. Esos diarios publican la información sin decir que ninguna encuesta refleja con exactitud el nivel de opinión o la tendencia, y que todas tienen márgenes de error de hasta 5 por ciento para arriba o abajo no es propio de medios imparciales. Es que vive el Perú como a fines del Siglo XIX en épocas de revueltas civiles y matanzas entre caceristas y pierolistas, el primero los chilenos que Piérola, que se repite ahora con un primero cualquiera que Fujimori. (J.C.)

En el Perú se ha perdido la ecuanimidad: con el chino o contra el chino.



URI BEN SCHMUEL, OIGA, EDITORIAL, AQUÍ ESTAMOS (Y NO MORDEMOS), 5 de mayo de 2000

lunes, 30 de diciembre de 2013

27/04/2000

Sobre la reaparición de Oiga

Señores directores:

Vuelvo a sentirme obligado a expre­sar mi estupor por el nuevo mun­do de que en estos días electorales reaparecerá Oiga, el semanario que fundé hace más de medio siglo y por cuya línea de conducta sufrí cárceles y destierros en diversas dic­taduras; y al que, hace ya algún tiempo, me vi forzado a cerrar para evitar ir preso por delincuente tribu­tario.
Mi estupor se debe a que es fá­cil sospechar la intención de esta reaparición de Oiga. Es extraño, por decir lo menos, que la revista vuelva, para “difundir información veraz e independiente”, cinco años después de su cierre y del traspaso que hice del logotipo de Oiga a una persona interesada, según me dijo, en dirigir una publicación de frivolidades del mundo social y del espectáculo.
El hecho, por lo tanto, me obliga a exponer nuevamente las razones por las que hice mutis de la escena periodística peruana.
Clausuré Oiga porque en el Perú de hoy, si no se cuenta con abundante avisaje comercial —cada días más escaso salvo el del Estado—, es imposible, matemáticamente im­posible, sostener un medio de expre­sión veraz e independiente. Gradas al régimen fujimorista pesan sobre la prensa peruana tan fuertes cargas tri­butarias —únicas en el mundo, pues no existen en país alguno impuestos a las ventas e importaciones para los medios de comunicación o son solo simbólicos al lado del caso perua­no—; pesan en la actualidad —repito— sobre la prensa peruana por fuertes cargas tributarias que la hacen prisionera de la Sunat, entidad que, a sabiendas o no, queriéndolo o sin querer, actúa como agente de extorsión gubernamental. De este modo es que los medios de expresión peruanos, salvo honrosas excepcio­nes (entre las que cabe destacar el nombre de Gustavo Mohme), han quedado prisioneros del Gobierno.
Y no se los liberará por medio acuerdos de equidad ni disposiciones legales, todos ellos instrumentos que pueden ser utilizados para liquidar la libertad de prensa, tía como lo hizo el régimen militar en 1974. Para que los medios de información se com­porten periodísticamente hay que liberarlos del chantaje tributario al que están sometidos. Así, sacándolos del cautiverio y no por reglamentaciones que, siempre, serán espada de Damocles sobre la libertad de prensa, es como se logrará que la prensa ha­blada y escrita sea libre.
Vuelvo a tener que aclarar que hace cinco años traspasé el logotipo de Oiga y que nada sé de los vaive­nes de esa lejana transacción y nada, absolutamente nada, me liga a la publicación que con el nombre de Oi­ga comenzará a circular en estos dí­as electorales en los que sobra decir cuál será mi voto.
CUADRILÁTERO POLÍTICO

DIALOGO VLADIMIRO MONTESINOS Y DESCONOCIDO

El señor.- Hay el tema del lavado.

El señor Vladimiro Montesinos.- Lógico, pues.

El señor.- Y eso nosotros tenemos que protegerlo.

El señor Vladimiro Montesinos.- Totalmente.

El señor.- Por cualquier ruta que sea lavado, puede ser cualquier fin, y tenemos que proteger. Sabemos perfectamente bien (?) Yo no tengo más de 300 clientes, doctor.

El señor Vladimiro Montesinos.- Lógico, son pocos, son contaditos.

El señor.- Así es

El señor Vladimiro Montesinos.- Son contaditos, lógico, yo lo sé perfectamente, (?) notablemente. Porque el lavado no sabe si es por tema de narcotráfico, puede ser lavado…

El señor.- Por cualquier cosa, por cualquier otra cosa.

El señor Vladimiro Montesinos.- A propósito, hay dos cosas, dos problemas del banco que no tienen que ver nada con la gestión de (?) nada.

Hay una investigación que tiene la SUNAT sobre el tema del oro.

El señor.- Ya.

El señor Vladimiro Montesinos.- En el tema del lavado del oro está metido el Banco Wiese.

Tengo la información, la investigación la está haciendo la SUNAT. O sea, no el Wiese actual.


El señor.- Claro, es el Wiese Limitado.

El señor Vladimiro Montesinos.- El Wiese Limitado. Pero hay una cantidad muy grande de lavado de dinero para el oro. La investigación la tiene la SUNAT.

Yo quisiera que cuando venga Eugenio para vernos para ver qué cosa es lo que podemos hacer, porque va a venir un batacazo muy fuerte para el banco.

O sea, el banco ahora está fusionado, se irá contra los funcionarios, pero quien responde es la entidad.

El señor.- Claro, claro.

El señor Vladimiro Montesinos.- La entidad actual va a responder, no le interesa (?)

El señor.- Ahora, yo no conozco mucho del tema, pero por lo que entiendo, nosotros hicimos una auditoria.

El señor Vladimiro Montesinos.- Ya.

El señor.- Y estábamos bien.

El señor Vladimiro Montesinos.- Pero no sabemos las variables que tenga la Sunat y los movimientos que hayan habido alrededor del banco.

El señor.- Yo soy del ex Wiese y hasta ahí lo dejé.

Cuando sé que entró auditoría interna y dijeron: “no, aquí no hay…” O sea, obviamente ha ocurrido en nuestra entidad o podría haber pasado por nuestra entidad, pero nosotros todo lo necesario para saber que nosotros hacemos nuestro trabajo.

El señor Vladimiro Montesinos.- Es importante porque…

El señor.- Pero eso debería de conservarlo…

El señor Vladimiro Montesinos.- Con Eugenio porque la Sunat está avanzando en la investigación


El otro día estuve acá con Iberico y con Mauricio Muñoz Nájar que están llevando a cabo la investigación. Me dijeron: “estamos viendo el tema del Wiese que está complicado en el asunto del lavado, no los actuales, por supuesto, sino antes de la fusión”, me dicen.

El señor.- Sí, pero todo se hereda, doctor.

El señor Vladimiro Montesinos.- Sí, sí, yo sé.

El señor.- Todo se hereda, lo bueno y lo malo.

El señor Vladimiro Montesinos.- Así es.

Entonces, incluso ya están por hacer, por pedir la intervención del Ministerio Público.

Le digo: “A ver, aguántenme ahí para conversarlo con Eugenio y ver cómo manejamos, cómo le damos…”


“En la Sala de la Corrupción” Pág. 2542-2544, Tomo 4, Fondo Editorial de Congreso del Perú.
CUADRILÁTERO POLÍTICO

ARCHIVO DIGITAL AUDIOVISUAL DEL CONGRESO

FICHA DE CLASIFICACION

Código: 1492

Tipo de información: audio

Fecha de recepción 20/04/2001

Fecha del evento 05/10/1999

Fecha de exhibición 12/05/2001

Titulo: SR. EDUARDO CALMELL DEL SOLAR - DR. MONTESINOS TORRES

Transcripción:

Departamento de Transcripciones

CONGRESO DE LA REPÚBLICA

SEGUNDA LEGISLATURA ORDINARIA DE 2000

TRANSCRIPCIÓN DEL AUDIO N.° 1492

‘‘REUNIÓN DR. - EDUARDO CALMELL’’

DEL 21 DE ABRIL DE 1999


El señor MONTESINOS TORRES.— ... ¿están los 140 comandos?


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Ya están haciendo ahí su...


El señor MONTESINOS TORRES.— Están ahí, que tomen las fotos que el fotógrafo crea conveniente. De repente puedes poner tú una partidita de fotos.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Sí, sí, tengo varias cosas ahí que estamos armando con editorial para mañana para que salgan bien las cosas. Además, a nosotros nos interesa levantar el tema, pues.


El señor MONTESINOS TORRES.— Por supuesto, hay que levantar el tema. Entonces, ahí puede salir una muy buena foto o...


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Sí, ya les he dicho además toda la vida porque les he comprado máquinas nuevas, pues... una buena foto.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Claro.


El señor MONTESINOS TORRES.— Y ahí tiene los 140 comandos, están los túneles. Ellos podrán tomar las fotos que se les ocurra en la imaginación.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— A ver cómo funciona.


El señor MONTESINOS TORRES.— A ver cómo funciona.


Mañana puedes tener, pues, una secuencita de fotos, ¿sí?


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Sí, hay que tomarle fotos.


¿ Y cómo va la cosa? Bien.


El señor MONTESINOS TORRES.— Bien, felizmente. El tema de los... ya te lo estamos desinflado al máximo porque eso me parece a mí de que ha sido una extralimitación de la mujer, innecesaria, de mortificación...


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Lo que ha generado es que Mufarech tenga algunos argumentos a su favor.


El señor MONTESINOS TORRES.— Totalmente. Eso a mí me parece, eso está desinflándose este viernes.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Ya le he dicho que lo pase ya para atrás, también. Lo que pasa es que como yo le tengo mucho cariño a Carmen y a la gente que trabajó en Aduanas...


El señor MONTESINOS TORRES.— Sí.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Lo que no quería es que se viera, pues, una cuestión parcializada, ¿no es cierto?


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Que yo la defiendo pese a todo...


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Y porque evidentemente a mucha gente de ahí, la mayoría gente amiga que te llama y te dice, oye...


El señor MONTESINOS TORRES.— ...cómo me han hecho esto.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Claro.


Y yo le digo, bueno, yo mismo estoy en la lista, ¿has visto mi nombre? Sí, ya bueno.


Entonces, yo le digo, ¿tú crees que lo hubiera puesto si fuera con maldad? No. Bueno, no sé qué y no sé cuanto.


Entonces, la gente se ha calmado un poco.


El señor MONTESINOS TORRES.— Ya.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Pero sabes qué, la sensación que le ha dejado a la gente que tiene recursos, pues, evidentemente, es como que hubiera sido una venganza contra ellos, ¿no?


Bueno yo digo, no porque la mayoría... me ha llegado gente que es de origen israelí porque se (?), etcétera y le digo, no tengo porque tener rabia (?)


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro, lógico, sí, sí.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Pero, les ha generado malestar a todo el mundo porque...


El señor MONTESINOS TORRES.— Innecesariamente. A mí me parece que es una...


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Esos son los pequeños errores que yo te decía la vez pasada.


El señor MONTESINOS TORRES.— Sí.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Oye, bueno, te cuento una cosa que ya, (?)


esperando, (?) situaciones con él.


Yo te soy absolutamente honesto, si yo tuviera que recurrir a alguien para trabajar y me hiciera un servicio, recurriría.


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Entonces, ahí habría dos posibilidades —que es lo que yo pienso—, ¿qué me propondría el doctor Montesinos si me tuviera que defender? Siempre hay una posibilidad dicen. Bueno depende de esto, del 30%, lo que ganes, 40% de aquello o un honorario profesional.


En mí caso específico, yo había visto... Yo creo primero en la causa...


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— ...tuya y en la del Presidente Fujimori. Pero sobre todo, en el Presidente Fujimori que está llegando a una cosa absolutamente impecablemente.


El señor MONTESINOS TORRES.— Impecable, él es el conductor.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— En consecuencia, yo te soy absolutamente honesto. Yo creo que mi compromiso no es un compromiso de carácter monetario sino amical.


El señor MONTESINOS TORRES.— Yo sé perfectamente, así es.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Y así se va a quedar, absolutamente amical contigo, con el Presidente, con el Gobierno. Si quieres tomarlo como un favor, tómalo como un favor, pero sino simplemente como la amistad que uno tiene a horas idas y vueltas.


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Y con mucho gusto ayudarlos en todo lo que sea la campaña, en todo lo que yo pueda, con la libertad, como tú sabes, uno siempre es libre cuando las cosas vienen bien (?), con absoluta libertad.


El señor MONTESINOS TORRES.— Ese es el deseo.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Yo te agradezco que me hayas dado unos minuto, pero al lado de uno siempre hay una gente amiga que a mí... Que la gente me haga daño no me preocupa, lo único que te pediría es que si hay alguien dentro del periódico, siempre me avises a mí.


El señor MONTESINOS TORRES.— Ya.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— O sea, si a alguien vas a contratar en el periódico me avisas a mí. Yo encantado de ayudarlos, en lo (?) especialmente a ti, en lo que tiene Manuel Ulloa en el medio.


El señor MONTESINOS TORRES.— Ya.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Creemos en lo que está haciendo. No necesita haber ningún tipo de recompensa o algo premial.


El señor MONTESINOS TORRES.— No. Yo todo eso lo hacía, digamos, porque no tanto tomándolo como el tema del *Newdess* para que de eso, de la recompensa, sino porque obviamente los medios de comunicación viven de 2 cosas, no tanto de la venta del periódico; porque tú lo sabes perfectamente bien, que la venta no justifica el gasto de la inversión.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Así es.


El señor MONTESINOS TORRES.— El medio vive esencialmente de la publicidad y la publicidad tiene dos variables: la publicidad oficial o estatal, y la publicidad privada. Esa es la realidad.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Sí, así es, así es.


El señor MONTESINOS TORRES.— Esa es la realidad.


Entonces, el tema de la publicidad estatal tú lo sabes perfectamente que ahora por las razones de austeridad...


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Siempre está siendo más controlada.


El señor MONTESINOS TORRES.— Está siendo un poco más controlado y entonces es menos viable poder dar un apoyo a los amigos, etcétera, ¿no es cierto? Aun cuando últimamente ya tú habrás visto que se ha aperturado bastante, ha habido... (2)


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Se ha aperturado bastante, sí, sí, ya estoy viendo, bastante, ha sido mucho mejor.


El señor MONTESINOS TORRES.— Mucho mejor que en otros momentos.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Así es, de todas maneras.


El señor MONTESINOS TORRES.— La publicidad privada, bueno, eso se ve normalmente en el periódico que tiene sus fluctuaciones pero también sufre las consecuencias de la recesión.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Así es, así es.


El señor MONTESINOS TORRES.— Y al haber la recesión, obviamente hay una bajada. Muy bien.


Entonces, balancea las dos cosas así y nosotros ¿qué cosa es lo que vemos, y yo particularmente qué es lo que observo y siempre lo comento con el Presidente? Entonces, veo que un medio, que es un medio que tiene primero, una trayectoria, o sea tiene historia. Tenemos a Manuel Ulloa con una trayectoria no de ahora, sino de muchos años; un medio que tiene ya una imagen en la opinión pública nacional.


Aparte de eso también es el esfuerzo de los hombres que a lo largo del tiempo han ido estando en ese medio, a pasar del interregno del gobierno militar que se apropió de Expreso en una época de (?) y toda la gente accio-populistas que se quedaron ahí.


Pero ¿qué pasa? El medio es una empresa, y una empresa es un negocio, y ese negocio obviamente, como toda persona, como tú o yo, cualquiera que se embarca en un negocio siempre quiere que el negocio vaya adelante, pero en las coyunturas que se presentan en el país, cuando las dos variables que me permite que el negocio se mantenga por lo menos para que no tenga yo mi balanza inclinada en todo.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— En eso ...


El señor MONTESINOS TORRES.— Entonces, digo yo, muy bien, si eso se produce así; entonces, ¿cómo ayudan los amigos a los amigos? Entonces, la única forma de ayudar es justamente con una colaboración que se hace a los amigos, que no es decir “oye, yo, te doy ésta colaboración para que tú hagas esto”. No, porque en primer lugar partimos de una premisa que es la identificación.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Sí, claro.


El señor MONTESINOS TORRES.— Si hay una identificación está perfecto. Pero, al margen de esa identificación, y si hay la posibilidad de una colaboración que no es una exigencia tuya, es simplemente una iniciativa mía, en el asunto, pienso yo que es una iniciativa, que medítala si no me quieres decir ahora, lo hago yo con el mismo espíritu que tú me dices a mí de que no obstante cualquiera que sean los lares sigues apostando por el Presidente, porque somos conscientes que es una persona que está llevando el país adelante, etcétera. Y las alternativas que hay, llámese Castañeda, o llámese Andrade o “X”, no van a lograr cuajar lo que ni en 10 años se ha logrado.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Sí, claro, tú sabes que ahí el pensamiento nuestro es muy claro desde hace mucho tiempo, e independientemente de todas las consideraciones, el país es otro.


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Ha cambiado, bueno, la visión que compartimos, esa visión es mucho más allá del proceso electoral.


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro, lógico.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Es un país que queremos para años.


El señor MONTESINOS TORRES.— La etapa es simplemente es un problema.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Es un problema de coyuntura. Mira ahí nosotros, yo personalmente soy muy claro en eso, independientemente de eso, yo te lo dije la vez pasada, si yo hubiera tenido que buscar a alguien que me manejara el Servicio de Inteligencia, pues obviamente te hubiera buscado, o si tuviera que contratar ahora, con un curriculum así, el Presidente igual.


Entonces mil gracias por haber pensado en nosotros, agradecemos... Yo te lo agradezco personalmente, este tema.


El señor MONTESINOS TORRES.— Ya.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— En lo que podamos. Si algún día necesitamos algo, evidentemente recurriremos...


El señor MONTESINOS TORRES.— Para eso estamos, yo estoy llano, hermano, a lo que tu me digas: “o sea, sabes que necesitamos éste mes un apoyo”, y yo encantado de darte el apoyo.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Pero quisiera que tanto tú como el Presidente...


El señor MONTESINOS TORRES.— Por eso, que quede abierto.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Sí, que se sientan en la libertad absoluta...


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Tanto como de llamarnos como que nosotros llamemos.


El señor MONTESINOS TORRES.— Tenemos que hacer la coordinación, además está el “Chizito” Vicente que es una persona digamos que tiene aproximación contigo.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Tú sabes que yo a ellos los... a mí no me disgusta cuando, yo les he dicho siempre a todos los que, pero lo único que les pido siempre es “no me rompan la jerarquía dentro del diálogo”.


El señor MONTESINOS TORRES.— No romper la relación.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Claro, sino, avísenme. Evidentemente ellos tienen su forma de trabajar, y sus cosas, yo les dije “bueno, no hay ningún problema”, mientras no tomen el nombre o no hagan una cosa extraña, siempre, y lo han hecho durante todos estos años, sin mayores...


El señor MONTESINOS TORRES.— No, Vicente es un tipo serio en ese sentido.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Y en general él.


Luego la otra cosa es muy complicada, es como si yo te dijera “vente a trabajar conmigo al diario”. Y tu me dijeras toda la vida he trabajado con el Presidente, cuánto me tendrías, dejarías el servicio de inteligencia, que tendría que darte, o cómo podría ofrecerte yo para que te vengas al diario, y eso no es imposible.


Entonces, yo prefiero que sea una relación en la cual, con absoluta confianza siempre que.


El señor MONTESINOS TORRES.— No, conversamos directamente, si yo te llamo a ti, para qué, yo no me voy a valer...


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Me avisas a mí, si no estoy yo, cualquier cosa me avisa a mí.


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro pues, si la colaboración es directa, yo no, para qué me voy a valer de terceros. Salvo las cosas ya puntuales, “oye, mi padre y madre”.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Ah, claro, con alguna, me haces llegar con alguno de ellos, no hay ningún problema en eso.


El señor MONTESINOS TORRES.— Por ejemplo, ahora la cosa, me pareció muy importante esa iniciativa de poder poner las fotos.


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Y nosotros vamos a...


Ferreyra ayer fue al (?) a visitarme a, y me dice: “Oye ustedes tienen algún acuerdo con el gobierno porque, escriben ustedes algo, y después el Presidente nos cuadra”, yo: “bueno, lo único que nosotros hacemos es decir un poco las cosas como pensamos nosotros que pueden ser.


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro, lógico


El señor CALMELL DEL SOLAR DÍAZ.— Dentro de esa mecánica, es lo que yo te quería comentar, o sea.


El señor MONTESINOS TORRES.— Perfecto. (3)


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Con mucho gusto, lo hemos hecho, lo vamos a seguir haciendo, independientemente de la participación.


El señor MONTESINOS TORRES.— Independientemente de cómo se desenvuelvan (¿?).


Entonces, sí creemos en lo que están haciendo, es como dicen, bueno, a veces ustedes se parcializan en tal cosa, en tal, ¿no? La operación Chavín (¿?) Para nosotros, esto es un orgullo que hubiera salido bien.


El señor MONTESINOS TORRES.— (¿?) hermano, Es de los peruanos, no es del gobierno, hermano.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Y la satisfacción personal de que adopten una posición que fue buena, que el resultado fue bueno, entonces, esa parte compensa mucho más en muchos casos. Si tuviésemos algún (¿?) Bueno, en ese caso que nos (¿?) como cualquier (¿?)


El señor MONTESINOS TORRES.— No había otro.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Pero la cuestión personal. Pero la verdad es que mira, el tema está manejado bien, por ahora está en una situación bastante bien.


El señor MONTESINOS TORRES.— Bueno, si hubiera algún problema en el caso de urgencias...


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— En el caso de que tuvieras, lo que sí te comprometo es para algunas cosas que necesitemos, algún tipo de información que nos pudiese servir.


El señor MONTESINOS TORRES.— La (¿?) de orientación.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Para alguna cosa.


El señor MONTESINOS.— De una cosa clara.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Para no equivocar, porque a veces te equivocas en cuanto a.


El señor MONTESINOS TORRES.— Por una falta de información.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Claro, entonces.


El señor MONTESINOS TORRES.— Y eso te induce a una...


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Ya te comenté por ejemplo ahora el lío este que tengo con el consejo de la prensa peruana que me obligó a sacar una cuestión de Marques y que a ellos no los obliga para otra cosa.


El señor MONTESINOS TORRES.— Así es.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Pues como estaba manejado (¿?) En fin, hay pequeñas cosas que (¿?) pero en líneas generales, yo creo que lo están haciendo bien en eso, salvo pequeños (¿?)


El señor MONTESINOS TORRES.— En eso sí.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— En algunos casos verás, como es gente amiga, esto de Carmen Higaonna es gente a la que yo le tengo tanto cariño y todo, entonces, quiere aparecer que yo ya estaba absolutamente parcializado.


El señor MONTESINOS TORRES.— Tenía que poner el equilibrio.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Hizo bien ella además en no borrarme a mí de la lista, pues, no hubiera aparecido, todo el mundo se habría quedado (?) como no sale (¿?) entonces eso ha ayudado un poquito a que la cosa se diluya y que nosotros tengamos un (?) Pero ese tipo de cosas que las vamos a (¿?) en el diario, algunas ya no valen la pena ni siquiera (¿?) Pero en general eso quería decirte, nosotros estamos en la misma línea y en el mismo...


El señor MONTESINOS TORRES.— Mira, te voy avisando: el día lunes se va a hacer un viaje nuevamente a la frontera de Colombia, entonces, todavía no digas nada, pero yo estoy coordinando para, necesitamos para que vaya un reportero de Expreso, vamos a ir a hacer, pero nos vamos a ir a un encuentro, ya no en la zona que fuimos la vez pasada, sino o sea en un puesto de vigilancia y va a venir el homólogo colombiano para hacer una reunión de manera conjunta.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Qué te parece yo estoy, tú sabes que yo tengo a Jorge Morelli que ha estado estudiando el tema de Colombia.


El señor MONTESINOS TORRES.— Ya.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— De repente...


El señor MONTESINOS TORRES.— Una conversada con él.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Una conversada con él en algún momento para que...


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro. Tú lo traes, conversamos acá, yo le explico un poco más.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Y el reportero, perfecto. Ese tipo de cosas por ejemplo para nosotros es siempre una primicia periodística (¿?)


El señor MONTESINOS TORRES.— Una noticia importante (¿?)


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Que funcione ¿no?


El señor MONTESINOS TORRES.— Vemos allí (¿?) y entonces...


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— La otra cosa es que, yo cuando veía que Manuel también estábamos en contacto casi todo el día con el teléfono, yo todos los días donde esté me comunico con ellos.


El señor MONTESINOS TORRES.— Tienes su teléfono, todo.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Sí, sobre todo que después de lo que pasó con los hermanos Winter, ya ahora, hay órdenes absolutas de que tienen que llamar en alguna cosa para comunicarnos por lo menos de manera para darles alguna (¿?)


Entonces, eso por supuesto en el caso del Presidente está descontado. Yo se lo dije a Orellana una vez, no sé como anda el nexo de Orellana con el Presidente pero...


El señor MONTESINOS TORRES.— Si va bien.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Pero yo se lo comuniqué.


El señor MONTESINOS TORRES.— Sí, sí, sí.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Me llamó para una cosa, le dije mire cualquier cosa que el Presidente necesite usted me llama a cualquier hora.


El señor MONTESINOS TORRES.— Ya, claro.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Eso es una cuestión natural, independientemente de que sea amigo o no sea amigo.


El señor MONTESINOS TORRES.— Así es. Natural.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Es el Presidente de la República. Pero aparte de eso, como amistad con mucho más. ¿No?


El señor MONTESINOS TORRES.— ¿Hablaste con Rodríguez Larraín, con Emilio?


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Hablé con Emilio.


El señor MONTESINOS TORRES.— ¿Qué dice Emilio?


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Hablé con él largo el lunes


El señor MONTESINOS TORRES.— Ya.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Después lo he mandado hablar con José Ramírez Gastón que es otro amigo de nosotros. Yo lo que le he dicho es mira Emilio, tú no puedes encargar, yo mismo le dije...


El señor MONTESINOS TORRES.— Involucrar.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Involucrar. Él está buscando una salida.


El señor MONTESINOS TORRES.— Ya.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Y yo creo que vamos a lograr forzar una salida, por lo menos, si él no logra, que dicho de una vez tuerza (¿?) por lo menos que él esté fuera del tema.


El señor MONTESINOS TORRES.— Que se salga del problema.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Sí.


El señor MONTESINOS TORRES.— Que renuncie a todo.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Y estamos buscando una fórmula porque como es un terco, es absolutamente terco.


El señor MONTESINOS TORRES.— Igual que el padre.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Igual que el padre.


El señor MONTESINOS TORRES.— Es obsesionado. (4)


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Bueno, ahora todos los aviadores te habrán contado en lo absoluto.


El señor MONTESINOS TORRES.— Así es, así es.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Entonces, está (?) Ya le he dicho yo: Mira, si pues se ha ido más allá. Entonces, yo le digo: ya no eres el cliente, eres parte del proceso.


El señor MONTESINOS TORRES.— Así es, es parte problema, está metido en el problema, pero su problema es de él.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Entonces, yo no sé. Yo en algún momento lo voy a convencer, yo tengo, lo ideal sería que Ivcher mismo se mande mudar, como todos.


El señor MONTESINOS TORRES.— Eso sería y que venda su canal. .....de ellos.......


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Que lo transfiera, que lo venda. Yo no sé si José Ramírez Gastón es abogado de Marsano, ¿ya?


Y somos amigos de él, entonces yo una vez le dije por qué no hablas con Andrés y le dices a Andrés que te la compre.


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro, y se terminó el problema.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— ¿No es cierto? Se lo vende a Andrés y además tenemos yo ya le dije a Emilio, por qué no convencemos a Ivcher que le venda a Andrés el canal.


El señor MONTESINOS TORRES.— ¿Ivcher qué cosa quiere? ¿Quiere su dinero?


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Claro.


El señor MONTESINOS TORRES.— Sí ya él sabe que peleando con la Fuerza Armada acá no va a venir acá.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Se ha peleado con todo el mundo, la verdad acá no hay nadie contento. Entonces, yo creo que ahí podría convencerse en algún momento.


El señor MONTESINOS TORRES.— Nadie le ha quitado su propiedades ni sus bienes, él tiene sus bienes inscritos, puede hacer transferencia de dominio en el momento que le dé la gana.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Claro, pero lógico, lo que pasa es que yo creo que tiene la terquedad más allá de lo normal.


El señor MONTESINOS TORRES.—Bueno, ya es un fetichismo y una fijación.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Bueno, además cree que es un héroe y alguno le hacen creer.


Emilio yo creo que ha entendido que la situación, me dijo que había hablado con Jorge Trelles antes, hace como un mes o mes y medio y que Jorge Trelles le había recomendado. Yo, la verdad que yo le he dicho: Mira Emilio, además le dije, yo creo que este tema tienes que terminarlo, tienes que salirte del tema ya de una vez, ya no se puede más. Creo que lo va a trabajar por ahí, creo que lo va a trabajar, yo te voy a tener noticias de eso porque yo lo estoy forzando, lo estoy forzando porque como le dije: Mira, en este caso yo soy tu abogado, como si yo fuera su abogado.


El señor MONTESINOS TORRES.— Así es y ese es un problema.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Ya tienes un problema ¿no es cierto? y no hay peor burro el que tiene de abogado a uno mismo.


El señor MONTESINOS TORRES.— Uno mismo, uno no puede ser abogado de sí mismo, pierde la perspectiva.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— En eso yo creo que era claro siempre Ivcher es una cosa de problema, pero yo creo que el tipo va a salir bien por ahí.


El señor MONTESINOS TORRES.— Ahora, Ivcher tiene mucha fe en Emilio Rodríguez Larraín.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Espero que lo pueda convencer, yo inclusive le he dicho......


El señor MONTESINOS TORRES.— Porque inclusive cuando hubo la primera tratativas de venta con los venezolanos, le dio poder a Emilio Rodríguez Larraín, para la venta.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Ya.


El señor MONTESINOS TORRES.— Entonces, ¿eso que significa? Para mi es un indicativo que si yo te doy poder a ti es porque estoy confiando en ti.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Claro, yo le dije: Tú ni siquiera has cobrado, porque si tu me dijeras hay en esto un propósito, ¿no es cierto? Mira, Eduardo, me voy a ganar 5 millones, 6 millones, 7 millones pero no vale la pena. Y después al rato nomás le he dicho: El día de mañana después a que estés peleado con él no te lo va a agradecer, porque hay gente que no sirve para eso.


El señor MONTESINOS TORRES.— Se olvida.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— ¿No es cierto? Al contrario, él dirá: Bueno ya... Hubieras visto cuántos clientes que no le cobran a la primera y cuando después ya están libres, ya se olvidó ya (?) ¿no es cierto?


El señor MONTESINOS TORRES.— Ya no, él le dice no, no hizo usted nada.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Siga usted su escrito, no la verdad que yo hablé con el juez y por eso es que salí ¿no?


El señor MONTESINOS TORRES.— Así es.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Eso es lo que le digo a Emilio va a decir que Borea o no sé quién le ganó. Entonces, yo creo que ese tema vamos a poder controlarlo, por lo menos yo te puede decir: él es un hombre, es terco como una mula, pero es un hombre consciente, es un hombre de palabra.


Entonces, y eso a su vez va a sacar pues toda la presión del otro lado.


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro, lógico.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Yo voy a entrar a la Asociación de Diarios en la Presidencia en la próxima semana. Tuve una reunión con Víctor, muy buena, no sé qué te contó él.


El señor MONTESINOS TORRES.— Me dijo que había tenido y que estaba estudiando el tema. Yo le dije, bueno, analiza ve cuál es el monto todas esas cuestiones para ver...


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Estuvo la gente muy contenta. Fíjate que el comentario de Mohme fue un comentario de Mohme hijo no, de Chicho Mohme es muy bueno, la verdad es que todos comentaron una cosa muy favorable. Víctor los manejó bastante bien, al principio estaba la gente muy celosa del tema, pero se fue soltando, se fue soltando eran las 2 de la mañana 2 y media de la mañana.


El señor MONTESINOS TORRES.— La hizo larga.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Y bastante contentos. Yo creo que Lucho Miró Quesada también va a tener alguna influencia mayor en el diario como consecuencia de eso, porque claro él es el que tiene el contacto ahí le comentó a Víctor que había estado muy contento con el Presidente, que el Presidente le había dicho, le había llevado en el helicóptero a no sé dónde. Le comentó toda esta anécdota, pienso que eso va a caminar bastante bien. Por lo demás, bueno, a tus ordenes, me avisas cuando haya alguna cosa. Quería decirte esto nomás.


El señor MONTESINOS TORRES.— Ya hermano, ya.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Muchas gracias, no estoy desechando nada es una cosa pero que con absoluta lealtad y eso no implica que no..


El señor MONTESINOS TORRES.— No, hermano.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— No pueda discrepar o me tengas que decir, Eduardo cualquier cosa.


El señor MONTESINOS TORRES.— No, no te preocupes.


El señor CALMELL DEL SOLAR DIAZ.— Pero que fuera una cosa, que tuvieras confianza, que no fuera una cuestión de porque hay hombres, ¿no? como cualquier amigo, como si llamaras (5) cuando te peleas también con cualquier amigo...


El señor MONTESINOS TORRES.— Lógico, te intercambias (risas).


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Esa es la historia, pero era una cosa de pequeño, igual que quiso con el Presidente, que siempre lo hemos hecho de esa manera, tanto Manuel como yo.


El señor MONTESINOS TORRES.— A ver si mañana nos reunimos con Manuel Ulloa, pues.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Está volando hoy día, yo me iba a venir en la noche también a Miami, va a quedar yo estoy el domingo y vuelvo el martes, él se va a quedar todavía unos días, pero en cuanto vuelva, ¿alguna cosa?.


El señor MONTESINOS TORRES.— A ver si dispones para el día lunes, el día lunes vamos a salir temprano, a las 7 horas con 30 minutos en el Grupo N.° 8.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Sí, cualquier cosa, si yo no estoy siempre está Uribe ahí.


El señor MONTESINOS TORRES.— Ah, Uribe, sí yo a Uribe lo conozco, él también me conoce a mí, de Oiga.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— De Oiga.


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro, Uribe trabajaba con Paco Igartua.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Claro.


El señor MONTESINOS TORRES.— Ahí lo conocí yo a Uribe.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Ahí se me vino pues, porque Igartua se peleó con Igallpa a muerte, en un momento determinado.


El señor MONTESINOS TORRES.— Igartua es un hombre muy difícil.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Me lo jalé yo, se vino conmigo.


El señor MONTESINOS TORRES.— Es muy buen periodista Uribe.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Muy bueno, muy bueno, es un hombre muy derecho, el fue uno de los que, ahora tiene pues uno de estos estandartes que le llevaron las fuerzas especiales.


El señor MONTESINOS TORRES.— Así no, ya.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Después de ésta, yo le digo, tú pareces un comando israelita, no, me dice, esto es con orgullo porque le llevaron no sé qué, el capitán me llevó de regalo el estandarte, pero cualquier cosa...


El señor MONTESINOS TORRES.— Si no hubieras, lo llamo a él, pues, a Uribe.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— A mí me localizas en todos lados.


El señor MONTESINOS TORRES.— Lógico, pero ¿te vas el domingo?.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Yo voy por 2 días.


El señor MONTESINOS TORRES.— Viajamos el lunes.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— No, en este caso yo lo dejo planeado, casi siempre lo digo, si alguien me dice oye no (?) que lo ubique de parte de cualquiera de los (?).


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro, de parte de la señora Maruja nada más te van a decir, o sea Maruja ya sabe todo.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Ahora ya sé que es ella y me localizan, en donde esté ellos me localizan.


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro, porque es importante que vayan ustedes para allá, para (?).


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Ahora yo anoté a este que, ¿cómo se llama este periodista?, que se lo llevó Mufarech al ministerio tontamente, Reátegui.


El señor MONTESINOS TORRES.— Ah no, pero ese Reátegui es un fantasioso.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Porque además no quiso ir, pues.


El señor MONTESINOS TORRES.— No quiso ir.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— La última vez que ustedes viajaban a Colombia.


El señor MONTESINOS TORRES.— No quiso ir.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Creo que se sentía mal, que el estómago, después vino con un pretexto de gases, creo, si tú no vas a una misión de esta naturaleza, nos dejas colgado, se supone que tú eres un experto en esta vaina, ni modo, muy fantasioso.


El señor MONTESINOS TORRES.— No, muy fantasioso, no sirve y se fue con Mufarech.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Se fue con Mufarech, y después volvió a los 4 ó 5 días con una tarjeta de Mufarech, diciendo que le pagaran sus beneficios sociales, entonces le dije quédate acá con tu tarjeta y todo te voy a tomar una foto, y la voy a poner en primera le dije y con Mufarech y todo (risas). Pero una locura de Mufarech.


El señor MONTESINOS TORRES.— Una locura de Mufarech, una locura que vaya.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— El Presidente debe haberle hecho pasar un perfil psicológico para ver qué pasa con este chico, ¿está loco?, ha hecho un poco de daño.


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro que ha hecho un poco de daño, es obvio que ha hecho un poco de daño, siempre tú sabes de que todo remezón genera daños.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Y el apoyo de Carmen que ha pagado los platos rotos.


El señor MONTESINOS TORRES.— Sí, pero la mujer no hacía mal su trabajo, hizo bien en 8 horas.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Tranquila, nunca fue muy de publicidad, ni nada.


El señor MONTESINOS TORRES.— Siempre fue muy prudente.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Tú la ves muy prudente (?) yo la entiendo, la comprendo y me llamó después de haber analizado todo, y yo la entiendo, la entiendo perfectamente pero, hubiera salido por todo lo alto.


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro, para qué lanzó eso, es una locura ese proyecto (risas), pero es mortificación ah, varios amigos me han llamado, oye.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Bueno me daba pena, me dicen oye, hace 100 años que vendí, le digo entonces; lo que pasa es que la capitanía, la capitanía era otro tema que me dio miedo a mí que se agarraban con la capitanía.


El señor MONTESINOS TORRES.— Para la capitanía no tiene que hacer nada en el asunto.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— La capitanía registra nada más.


El señor MONTESINOS TORRES.— Nada más, es el control físico nada más.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Pero en fin, yo creo; bien el tema y además cualquier cosa me avisas.


El señor MONTESINOS TORRES.— Ya, estamos en contacto.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Sí, estamos en contacto.


El señor MONTESINOS TORRES.— Ya, hermano.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Bueno, tanto Borobio como el Vicente, con ellos encantado, yo les he dicho, ustedes vean, hagan ustedes como siempre, además lo han hecho siempre conmigo o ¿no lo están haciendo?.


El señor MONTESINOS TORRES.— Claro, (?) es un buen tipo, buen analista es, Vicente.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Vicente, tiene buenas ideas.


El señor MONTESINOS TORRES.— Buenas ideas, para pensar esas cosas.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Me dio una, que yo se la he comentado a este (?) de la pesca, que estamos viendo lo de la pesca.


El señor MONTESINOS TORRES.— Así es, así es, Vicente es un tipo muy lúcido.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— A mí me parece que hay que...


El señor MONTESINOS TORRES.— Tiponearlo, diferenciarlo.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— (?) como todos tienes que diferenciarlos un poco a todos, (risas) sino se colocan al paso.


El señor MONTESINOS TORRES.— Si, si.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Pero yo le he dicho, yo encantado, tienes las puertas abiertas, lo único que les he pedido siempre, que me avisen, que no se vayan a meter...


El señor MONTESINOS TORRES.— Que no salten garrocha. (6)


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Claro, porque de repente me encuentro con algo anterior de que no sé qué es.


El señor MONTESINOS TORRES.— No, no. Tiene que ser siempre conversando contigo. Además, es contacto directo.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Me avisas cualquier cosa, eso sí, ¿ya?


El señor MONTESINOS TORRES.— Ya, hermano.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Y con confianza, pues.


El señor MONTESINOS TORRES.— Listo, hermano.


El señor CALMELL DEL SOLAR.— Mil gracias.


El señor MONTESINOS TORRES.— Okey.


—Se despiden.


—Fin del Audio N.° 1475.



—Transcripción: sábado 28 de abril de 2001.